Estaba buscando un título para referirme al
animal protagonista de este número y, aunque parezca absurdo, el que les
propongo le viene muy bien…
Algunos se
preguntarán ¿por qué rodillo y además
con coraza? Pues, rodillo
proviene del vocablo malayo pengguling,
de ahí su nombre pangolín y es la
facultad que posee este mamífero folidoto
de la familia Manidae, de enrollarse
como si fuera una bola escondiendo la cara bajo la cola ante algún peligro. Y coraza (que no es precisamente de
metal), porque su cuerpo está recubierto (con la excepción de la parte
inferior) por grandes escamas de queratina como puntas cortantes que actúan
cual armadura protectora. Aunque suele
confundirse con el armadillo, posee diferentes características.
Los pangolines viven en Asia o en África, a
juzgar por las ocho especies existentes, siempre alrededor de alguna región
tropical de estas zonas.
Estos pequeños mamíferos miden entre 30 y
140 centímetros (la cola representa la mitad o más de la longitud total),
siendo las hembras más pequeñas que los machos. Al nacer, las escamas son
blandas, pero se van endureciendo a medida que el animal se desarrolla.
Tienen una cabeza desproporcionadamente
pequeña. Carecen de dientes y
posibilidad de masticar. Poseen una larga y pegajosa lengua que les permite
capturar su alimento, compuesto de hormigas y termitas, entrando en el grupo de
los mirmecófagos. Su estómago suele contener “piedrecitas” para triturar mejor
el alimento, algo parecido a lo que sucede con la molleja de las aves.
Sus extremidades son cortas, provistas de
poderosas garras afiladas que les facilitan excavar en la tierra endurecida y
subir a los árboles. Sus sentidos del oído y del olfato son muy desarrollados,
pero su visión es limitada.
Como otra arma de defensa, cuentan con una
glándula cerca del ano que les permite emitir un olor pestilente, al igual que
las mofetas.
Son animales de hábitos nocturnos y
solitarios, solo se reúnen para aparearse. No existe una época de celo definida
para estas especies. El cortejo se produce cuando la hembra busca al macho. Su reproducción es vivípara y suelen parir
mayormente una cría.
Sus poblaciones se han visto reducidas ya
que su carne “exquisita” es muy demandada en África y Asia como parte de la dieta de las personas. Varias
regiones asiáticas le atribuyen sin ningún fundamento poderes medicinales, para
curar el cáncer o el asma de los humanos o para favorecer la producción de
leche de las jóvenes madres. Además, es
una de las especies más solicitadas por los amantes de animales exóticos a los
inescrupulosos traficantes.
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Por: Lic. Luis
Mario González Díaz
Foto: www.abbys.com
Fuentes
consultadas:
_ www.vivirdiario.com
_ www.rodentia.es/blog/
_ www.animales.website
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