La pura existencia de los miriápodos
(muchos pies), con sus antenas y un largo cuerpo articulado que se desliza
sobre multitud de patas "uno o dos pares por cada anillo o segmento (metámero)" es suficiente como para
erróneamente discriminarlos y
considerarlos como “bichos peligrosos”.
La mayoría de estos artrópodos
invertebrados, similares a los insectos, son lucífugos (huyen de la luz)
e higrófilos (buscan la humedad). De hábitos preferentemente nocturnos y
mala visión, se refugian bajo piedras, entre la hojarasca, en troncos en
descomposición y otros agujeros.
Dentro de los miriápodos existen cuatro
subclases con diferentes costumbres y aspectos físicos. Las dos que nos ocupan
hoy tienden a confundirse en la cotidianidad.
El
Ciempiés
Los quilópodos (ciempiés),
poseen cuerpo aplanado flexible, con una cantidad de segmentos que
oscila entre 12 y más de 100), y un par de patas por cada segmento. Sus
patas son visibles y las últimas se extienden más allá del cuerpo. La mayor
parte de los ciempiés miden de 2,5 a 5 cm de longitud, aunque algunas especies
tropicales alcanzan los 30 cm.
De movimientos
rápidos, son agresivos depredadores que tienen dos patas modificadas en
forma de gruesas uñas (forcípulas) bajo
la cabeza, con las que inyectan veneno para defenderse o matar insectos con los
que se alimentan. Pueden llegar a enfrentarse a escorpiones y arañas. Causan dolor e hinchazón al ser humano.
foto: www.youtube.site
El milpiés
Los diplópodos (milpiés), se identifican por hábitos alimenticios principalmente
detritívoros (materia orgánica en descomposición) y herbívoros. Tienen cuerpo
acorazado cilíndrico, con dos pares
de patas cortas en la mayoría de sus segmentos, los que pueden llegar,
también, a más de 100. Las últimas patas no se extienden más allá del cuerpo.
Su
desplazamiento es lento, sus “pies” avanzan mediante una ola de movimiento debajo de su
cuerpo, de manera que sólo uno de cada ocho está en contacto con el suelo. Por
ello el huir no es su salida: al sentirse en peligro se enroscan en espiral con
la cabeza al centro, secretando una sustancia de olor pestilente que puede
producir irritación en la piel, aunque no
infligen dolor al ser humano. Su longitud oscila entre 0,2 y 23 cm.
Son el grupo de artrópodos terrestres más
antiguo que sobrevive hoy.
Aunque constituyen
los animales con mayor número de extremidades del planeta, ninguna especie
conocida llega a poseer mil pies.
foto: www.100cia.site
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Por: Elsa Dorta
Suárez
Fuentes consultadas:
_ Los
ciempiés y milpiés, con énfasis en la fauna de América del Norte, de Rowland M.
Shelley. Traducción de José G. Palacios-Vargas. (1999). Recuperado de www.emporia.edu
_ www.botanical-online.com
_ www.almabiologica.com
_ Enciclopedia
Encarta (2008).
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