Las
mariposas heliconias machos (Heliconia
sp.) son capaces de reconocer si una pupa colgando de un árbol es de su
propia especie y si de ella emergerá un adulto macho o hembra. En este último
caso, se apañan a su lado, posándose en las ramitas cercanas.
La pupa hembra, al momento de su
emergencia, comienza a estremecerse y luego, lentamente, empieza a salir en su
forma de mariposa adulta. En ese momento los machos baten sus alas con
excitación. Pero en casos extremos, en algunas especies, los machos están tan
motivados al apareamiento, que con la punta de su abdomen horadan un pequeño
agujero en la pared de la pupa e insertan el extremo abdominal. Si el extremo
del abdomen de la hembra pasa junto
al suyo, logra fecundarla antes de que
esta salga de la pupa.
En otras especies, el macho espera la salida
y la fecunda incluso mientras ella está secando su cuerpo y expandiendo sus
alas.
El toque final viene cuando el macho
fecundante, para evitar que otros copulen con esta hembra, le unta un
antiafrodisíaco, un olor que detiene a cualquier galán atrevido. Incluso cuando
la hembra ya fecundada es de nuevo cortejada, despliega su glándula abdominal
que emite el brebaje químico del que la fecundó por primera y única vez.
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Por: Dr. C. Vicente Berovides Hernández
(Profesor de
Mérito Facultad de Biología, Universidad de La Habana, Cuba)
Foto: www.alamy.com
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