Causas y
expresiones
La conducta
agresiva de los perros forma parte de su comportamiento natural, sin embargo,
niveles elevados en algunos de ellos generan serios problemas de convivencia
con los humanos.
La agresividad comprende una variedad
de señales emitidas por el can que incluyen tanto vocalizaciones (gruñidos,
ladridos), como piloerección, leve elevación del labio superior, mirada
transversal mostrando los dientes, elevación de la postura corporal, ataque y
mordida.
Existen diversas
clasificaciones de la agresión:
INDUCIDA
POR MIEDO
Cuando un perro monitorea el ambiente
que lo rodea puede detectar peligros potenciales, una discrepancia entre lo
observado y lo esperado puede generar miedo (escape) o agresión (ataque).
Dicha percepción es
la causa más frecuente de las arremetidas de estas criaturas contra humanos. El
animal que frente a un desconocido muestra inicialmente posturas de sumisión
puede agredirlo cuando lo percibe como una amenaza que se acerca y él no tiene
la posibilidad de escapar o evitar la situación.
Vale aclarar que la
sumisión incluye agacharse con el vientre hacia el suelo, arrastrarse, colocar
las orejas hacia atrás, cola entre las piernas, temblar y orinar.
POR
DOMINANCIA
Implica gruñidos, mostrar los
dientes, piloerección, intentar morder y morder. Puede haber una asociación
positiva entre agresividad hacia los dueños y hacia los perros que conviven en
la misma casa, independientemente de la mostrada contra extraños y otros canes
desconocidos.
La agresión frente
a los propietarios estaría relacionada con la dominancia social, especialmente
con el cuidado de recursos como la comida u objetos.
INTRAESPECÍFICA
Puede ser dirigida hacia otros perros
que viven en la misma familia o hacia canes desconocidos. Este tipo de ataque
es más frecuente entre ejemplares del mismo sexo. No obstante, cuando ocurre
entre los de diferente sexo, mayormente las hembras inician la pelea contra los
machos.
OTROS
TIPOS
La inducida por dolor se refiere a la respuesta que el can emite
ante un estímulo que le provoca malestar. En ocasiones es un niño quien provoca
este tipo de contestación al tirarle del pelo o de la cola.
La protectora incluye el afán de salvar
su territorio, sus objetos de pertenencia o a su dueño. La agresividad
territorial es normal en los perros, no obstante, constituye un problema serio
cuando, en función de proteger, atacan a vecinos, visitas u otras personas que
transitan por el sitio delimitado por ellos.
La
predatoria incluye respuestas de caza, como la persecución de la presa,
pero dirigidas a personas u objetos en movimiento, por ejemplo: niños y adultos
corriendo, autos y bicicletas.
¿CÓMO
ENFRENTAR EL ASUNTO?
En cuanto a las alternativas para resolver
los problemas descritos, varios tratamientos conductuales han mostrado cierta
eficacia. Los procedimientos más utilizados son las aproximaciones sucesivas,
la desensibilización sistemática y el contra condicionamiento. En algunos casos
están asociados con el empleo de otros métodos como la castración y
esterilización, feromonas de apaciguamiento y psicofármacos.
Sin embargo, aún
falta mucho por investigar y aplicar en este terreno. Acudir a profesionales en
el área de la salud animal y a quienes trabajen en el adiestramiento de los
canes es siempre una opción recomendable.
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Por: Carlos Luis Peralta
del Río (Criador de perros)
Fragmentos tomados y
versionados de:
_ Barrera, G., Elgier, A.
M., Jakovcevic, A., Mustaca, A. E. y M. Bentosela. (2009). Problemas de
comportamiento en los perros domésticos (canis familiaris): aportes de la
psicología del aprendizaje. Revista de Psicología, Vol. XVIII, No. 2.
(p.123-146)
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