El gato doméstico, aunque se desarrolla en
un estilo de vida hogareño, sigue estando dotado de recursos suficientes para
no ser excluido de la lista de los depredadores. Sus sentidos están diseñados para cazar y acabar con sus presas, a
pesar de no ser muy necesarios para mantenerse deambulando por toda la casa.
1. La
vista
El gato tiene una visión binocular, o sea que abarca el campo visual al mismo tiempo por sus dos ojos. De
hecho, la pupila del gato es excepcional en el mundo animal. Puede cerrarse en forma vertical ante
una luz deslumbrante, evitando que el haz luminoso que penetra en el ojo sea
mínimo, por lo que son capaces de adaptarse a condiciones tanto de luz extrema
como de falta de ella. Su vista es la del cazador y puede ver de noche hasta 6 veces mejor que los humanos, gracias al tapetum lucidum, una estructura en el
fondo de ojo del gato compuesta por células capaces de funcionar como espejos,
amplificando el más tenue rayo de luz, permitiéndole percibir el más ligero
movimiento de sus presas.
2. El
oído
También en
la capacidad auditiva supera el gato al hombre. Su oído es muy agudo y
logra captar sonidos de hasta 65
kilohercios (nuestro límite es 40 KHz). Puede localizar la posición exacta
de una presa en tan sólo 1/6 de segundo.
Además, su fino oído le permite distinguir
dos sonidos en un radio de cinco grados, gracias a que este llega a una de
sus orejas con un retraso de fracciones de segundos respecto a la otra.
3. El
olfato
El gato en
el olfato tiene 19 millones de terminaciones nerviosas, mientras que los
humanos contamos con solo cinco. Entre las funciones del olfato están el intervenir en la respuesta alimenticia
antes de probar el alimento, así como la de identificar extraños y territorios,
pero lo más interesante es su estrecha relación con el sentido del gusto,
reforzado por el órgano vomeronasal
(Jacobson,
nombre del doctor danés que lo descubrió), que permite analizar aromas
paladeando las moléculas volátiles en la parte posterior de la lengua.
4. El
gusto
Este sentido se encuentra en la cavidad
bucal, más concreto en la lengua,
que tiene papilas gustativas capaces de identificar diferentes sabores.
5. El
tacto
El sentido del tacto en el gato radica
principalmente en sus pelos táctiles
(vibrisas), distribuidos por todo el organismo y capaces de responder a las
vibraciones más ligeras en su entorno. Esta capacidad la logra también a través de sus almohadillas,
permitiéndole por ejemplo detectar la carrera de un roedor o la temperatura del
terreno por donde camina.
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Por: Oxana
Foto: Ozaky
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