El mono tití cobrizo.
Es un mono poco conocido que vive en la
selva amazónica. En su entorno natural esta especie casi ha desaparecido, solo
están protegidos en parques. La pareja
de estos monos tiene una cría al año.
El padre lleva a cuestas a su cría después
de nacida, una media de veinte horas al día, muy atento de las caídas de una
cría joven aun torpe. Es una especie de “papá canguro”, entregado al cuidado de
las crías.
Cada día se repiten los mismos gestos, después
de acicalar o alimentar a la cría, la madre se acerca al padre y el pequeño
cambia de “almohada” tranquilamente; el padre que tiene las espaldas anchas,
carga al pequeño y así comienza una nueva jornada de cuidados. La hembra
aprovecha estas largas horas para alimentarse y recuperar fuerzas con el fin de
producir leche de buena calidad. Disfruta de la tranquilidad, porque sabe que
su hijo está seguro en los brazos de un padre en el que puede confiar.
El estrecho vínculo que forman es tan fuerte
que los etólogos han documentado que el
nivel de estrés de los pequeños es mayor cuando están separados de papá que de
mamá.
A los dos meses el joven tití es un
adolescente corpulento que podría dejar el lomo de su padre perfectamente, pero
por pereza o apego, solo lo abandonará cuando lo obliguen, para dejarle el
sitio a una nueva cría.
Súper
papá tití cobrizo muestra una entrega total y no da idea de debilidad o cansancio, como si le
faltara algo cuando no lleva nada sobre el lomo.
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Por: Lic. Luis
Mario González Díaz
Foto: www.alamy.com
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