En el Cementerio de Colón, en el corazón de la Habana, capital de Cuba, se encuentra una tumba conocida por los cubanos como “la tumba de la fidelidad”
¿POR QUÉ ESE NOMBRE?
Jeannette Ford Ryder, una filántropa estadounidense que vivió en la Habana entre los años 1866 y 1931, reconocida por su noble labor en favor de los más necesitados y por ser fundadora de la Sociedad Protectora de Niños, Animales y Plantas, también conocida como el Bando de Piedad.
Para Jeanette los más desfavorecidos siempre fueron los más importante. Por ello, y sin importar si se trataba de personas o animales, consagró su vida a estos últimos.
Cuenta la historia que Ryder tuvo un perro llamado Rinti y que este, tras la muerte de su dueña, se echó en su tumba y nunca más se fue de allí. Pese al esfuerzo de varios celadores, quienes quisieron echar al cachorro del Campo Santo, este se las ingeniaba siempre para regresar al mismo lugar. A tanta insistencia del perro las autoridades administrativas del cementerio le permitieron la entrada al animal y tiempo después este murió, junto a su dueña, por no querer tomar agua, ni ingerir alimentos.
Hoy Jeanette y Rinti permanecen juntos, representados en una obra fúnebre con una escultura yacente, también reconocida como: “la dama del perrito”.
Así, esta Habana, ciudad que también tiene su Rinti, lo venera con las palabras siguientes: “Fiel hasta después de muerta”, expresión inscrita en bronce en el lecho donde descansa hoy día esta extraordinaria mujer y su amigo más fiel.
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Versionado del artículo: “Donde parece que todo termina” de Dayron Rosales
Foto: Ozaky
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