La capacidad auditiva de los perros es conocida por todos. Ellos pueden oír sonidos y ruidos que nosotros ni alcanzamos a percibir y por eso es nuestro deber mantener sus orejas limpias y saludables. Hay cientos de tipos de orejas y, según las razas, son de diferentes tamaños y formas. Los perros con orejas erguidas y en las que se ve el interior del oído se airean más, puesto que el oído está expuesto al aire, aunque también, según la circunstancia, pueden ensuciarse con muchísima facilidad. En cambio, los perros con las orejas caídas, se ensuciarán menos con los agentes exteriores como la tierra o al restregarse en la hierba, pero debido a que no reciben la suficiente ventilación, tienden a ensuciarse y, como no las vemos a simple vista, puede que si no llevamos un control rutinario en sus orejas, cuando nos demos cuenta ya tenga una grave otitis.
Limpiar las orejas a un perro es muy sencillo, todo dependerá de lo acostumbrado que esté y de lo revoltoso que sea el animal. Hay productos en los veterinarios y en las tiendas para animales que simplemente echándole unas gotas al perro en las orejas actúan como limpiador. Si quieres hacerlo tú, bastará con que una o dos veces por semana, o cuando veamos que están demasiado sucias sus orejas, cojamos una gasa estéril y un poco de agua, o algún producto como la clorhexidina y le limpiemos la oreja.
Debemos evitar utilizar bastoncillos, o hacerlo con mucho cuidado, ya que si estamos limpiando el hueco auditivo y el perro se mueve, podemos hacerle daño.
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Colaboración: Lic. Rodobaldo Reina Li
Foto: www.wallpapers.com
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