Sí, las esposas de los arácnidos (arañas y escorpiones) y las mantis. Las hembras se comen al macho tras la cópula (a veces antes, si no se acerca con precaución). En algunas especies de mantis parece ser que el sacrificio del macho es imprescindible. Es necesario que la hembra devore su cabeza para evitar el bloqueo que esta ejerce sobre las reacciones reflejas de la cópula. Al fin y al cabo, tras la cópula el macho ya no sirve para nada en la perpetuación de la especie.
También hay esposos difíciles de olvidar. Por ejemplo, los chinches machos ni siquiera se molestan en localizar los órganos sexuales femeninos. Un chinche macho usa su órgano sexual como una espada para atravesar el cuerpo de la hembra y depositar su esperma. Los científicos le llaman a este comportamiento inseminación traumática. Claro, en este caso no la mata.
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Por: Lic. Tomas R. Escobar Herrera
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