Algunas especies son capaces de llevar sobre su cabeza hasta cincuenta veces su propio peso. Los casos más representativos son las hormigas, que pueden levantar hasta cincuenta veces su propio peso y hasta treinta el volumen de su cuerpo.
La mayoría de las hormigas obtienen el alimento del exterior, a menudo lejos del nido, y deben llevarlo al hormiguero para alimentar a las larvas, individuos reproductores y otros obreros no reproductores.
Sea cual sea el régimen de alimentación de cada especie de hormiga (carnívoras, omnívoras, granívoras, etc.) todas están preparadas para transportar el alimento, en su buche o acarreándolo, desde el lugar donde lo obtienen hasta su nido. En varias regiones, es frecuente observar filas de ejemplares de una hormiga granívora del género Messor que transporta semillas de diferentes plantas entre sus mandíbulas, a menudo de un tamaño superior a ellas.
Pero no son las únicas, la mayoría de los insectos son capaces de apartar, arrastrar o transportar masas mucho mayores que ellos.
Los escarabajos, por su corpulencia y la dura coraza que recubre sus cuerpos, destacan particularmente. El escarabajo rinoceronte, un insecto habitual en nuestro territorio durante las noches de estío, llega a soportar cargas sobre su propio cuerpo cincuenta veces superiores a su peso. Estos animales se desarrollan en la madera en descomposición. Es habitual, cuando llega el momento de su emergencia, que tengan que abrirse paso entre tocones, ramas y otros obstáculos para alcanzar el exterior.
Empleando su fuerza puede desplazar estos impedimentos y abrirse camino. Pero estas actividades no hacen referencia a un transporte activo y dirigido por el propio insecto, lo que resultaría de mayor elogio.
Esto último lo podemos encontrar en los escarabajos peloteros, que amasan, arrastran, dirigen y entierran la bola de excremento con la que alimentarán a sus larvas. El volumen y, sobre todo, el peso de estas bolas es desmesurados en comparación con el animal que las trabaja. Y no es de extrañar que entre ellos encontremos al insecto más fuerte del mundo, como descubrieron científicos británicos y australianos. Se trata del Escarabajo Toro Onthophagus taurus, un pequeño escarabajo negro, de apenas un centímetro de longitud, que es capaz de arrastrar 1.141 veces su propio peso. En términos humanos, sería el equivalente de ochenta toneladas.
Y otra cosa más. No tenemos que irnos muy lejos para encontrarnos este galardonado animal. En los propios jardines de la ciudad de Valencia, existen poblaciones de este coleóptero que subsisten gracias a las heces de los perros y caballos que allí acuden y que son ignorantes, como sus dueños, del gran favor que hacen a este animal.
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Texto: Extraído de www.wikifauinia.com
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